martes, 29 de mayo de 2012

La maldición de Tutankamón y sus posibles explicaciones científicas

La tumba del faraón Tutankamón fue encontrada en 1922 por la expedición del arqueólogo inglés Howard Carter. Junto al sarcófago, hecho de oro, se hallaron centenares de objetos valiosos. Sin embargo, el acontecimiento fue rodeado de tantas muertes y hechos nefastos que, desde un primer momento, se habló de la maldición de Tutankamón. Conocido como el faraón niño, Tutankamón murió a los 18 años, víctima de la malaria, según exámenes recientes de su ADN. Cuando Carter y su equipo encontraron su tumba, los jeroglíficos escritos sobre el sello puesto en la entrada eran claros: “la muerte golpeará con sus alas a quienquiera que disturbe el sueño del faraón”.


Víctimas de la maldición de Tutankamón


La primera víctima de la maldición fue el canario amarillo de Carter. Tras abrirse la tumba, una serpiente entró a su jaula y lo comió. Supersticiosos, los responsables de la excavación difundieron la teoría de que la víbora había sido enviada por el faraón para castigar a quienes habían profanado su descanso eterno.


Lord Carnarvon
Decenas de personas ligadas al descubrimiento murieron tras abrirse la tumba. La primera de ellas fue Lord Carnarvon, el aristócrata inglés que financió la expedición arqueológica. Su muerte, en 1923, habría sido causada por la picadura de un insecto. Sin embargo, en el momento de su muerte, se le oyó gritar: “Un pájaro me desgarra el rostro”. En Egipto, se creía que las momias de los faraones eran protegidas por el buitre Nejbet, que masacraba el rostro de los profanadores de tumbas. Poco tiempo después, su esposa, Elizabeth, murió, también, por la picadura de insecto.


Aubreu Herbert y James Henry Breasted
El coronel inglés Aubreu Herbert fue uno de los pocos presente en la apertura del sarcófago. En menos de un año se suicidó. James Henry Breasted, también presente en el momento del hallazgo, murió de forma inexplicable durante un viaje a los EEUU.


Howard Carter
Howard Carter, quien fuera responsable por el descubrimiento, se escapó ileso de la maldición. Incluso, contribuyó a perpetuar la leyenda escribiendo un libro. Murió en 1939, víctima de un cáncer, a los 64 años de edad.




Explicaciones científicas para la maldición de Tutankamón
Una teoría afirma que las desgracias ocurridas se deben a la existencia de radiactividad en la tumba de Tutankamón. Supuestamente, ésta habría sido construida con piedras que contienen ucranio radiactivo. Hay pericias de la Agencia de Energía Atómica de Egipto, que registran la presencia de gas radón en el interior del sepulcro. Otras teorías adjudican las muertes a la presencia del hongo Aspergillus Níger, que causa fiebre e inflamación en las vías respiratorias. Entre otras bacterias halladas en el sepulcro, se encuentra el Bacillus Anthracis, responsable de enfermedades como el carbunco o ántrax.



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